Hemorroides

Operación de Hemorroides sin dolor con cirugía láser en Sevilla, UPL

Las hemorroides son dilataciones a modo de nódulos varicosos de las venas del plexo hemorroidal anal. Éste se encuentra situado alrededor del canal anal, y es un componente fisiológico de la anatomía humana. 

Normalmente, se habla de hemorroides cuando estas venas se dilatan y se convierten en varicosidades. Estas dilataciones pueden aparecer a través del ano o trombosarse, causando dolor, o pueden ulcerarse, produciendo sangrado.

Causas

Entre las causas más importantes en la aparición de las hemorroides destacamos las siguientes:

    • Dieta (pobre en fibra)
    • Herencia
    • Estreñimiento, esfuerzos al defecar
    • Diarrea
    • Factores anatómico-fisiológicos (Mecánica postural)
    • Alteraciones del tono esfinteriano
    • Embarazo, causa más común de hemorroides en mujeres jóvenes
    • Régimen de vida sedentario
    • Otros factores

Clasificación

  •  Se clasifican en 4 grados:
    • Grado I: No descienden nunca.
    • Grado II: Se prolapsan (salen a través del ano) durante el esfuerzo defecatorio y desaparecen al terminar el esfuerzo.
    • Grado III: Se prolapsan durante el esfuerzo y sólo se reducen con maniobras de reducción digital.
    • Grado IV: El prolapso se mantiene de forma continua o se reproduce rápidamente tras la reducción.

Síntomas

El principal y más llamativo síntoma es el sangrado. Al principio se aprecia a modo de un goteo o salpicadura de sangre en el inodoro, o bien estrías sanguinolentas en las heces tras la defecación. En ocasiones es un sangrado tras el roce con el papel higiénico. Con el paso del tiempo las hemorroides tienden a prolapsarse y tienen sangrado espontáneo sin relación con la defecación.

Las hemorroides pueden causar dolor
 en algunos casos aunque no es la forma más frecuente de presentación. Sin embargo, hay una situación que sí produce dolor, en ocasiones importante: la trombosis hemorroidal. Esta es una complicación de las hemorroides grado II a IV y se originan al ser estranguladas por los músculos esfinterianos cuando están prolapsadas. La hemorroide se vuelve dura, de color oscuro (negro) y no se puede reducir, formándose un edema en todo el territorio perianal, lo que produce dolor.

El prurito o picor anal
 es frecuente en las hemorroides y es debido al aumento de la producción de moco, lo que causa la irritación de la piel perianal.

Una de las complicaciones más graves del sangrado hemorroidal continuo es la producción de una anemia crónica secundaria y su sintomatología acompañante (palidez, mareos…).

Tratamientos

1) Tratamiento higiénico-dietético

Es el tratamiento inicial de los pacientes con hemorroides sintomáticas:

  • Aumento de la ingesta de fibra (frutas, verduras, pan integral, etc.) y de líquidos.
  • Evitar los alimentos con especies y picantes.
  • Reducir la ingesta de alcohol, café y té.
  • Aumento del ejercicio, pérdida de peso y evitar sedestación prolongada.
  • Evitar pasar tiempo sentado en el inodoro.

2) Cremas y pomadas:

Múltiples preparados tópicos están comercializados para el tratamiento sintomático de las hemorroides. Presentan anestésicos y corticoides de forma aislada o combinada.  Sólo se recomiendan tratamientos durante periodos de tiempo corto (5-7 días), puesto que pueden ser perjudiciales (atrofia de la piel, alergias,…). Alivian, en ocasiones, la sintomatología pero no curan de forma definitiva.

3) Fármacos venotónicos:

En general, hay una pobre evidencia sobre la efectividad del tratamiento en la patología hemorroidal con medicamentos venotónicos.


4) Tratamiento quirúrgico

Indicado en aquellas personas con hemorroides que no responden a las medidas higiénico-dietéticas ni al tratamiento farmacológico.

La hemorroidectomía (extirpación de las hemorroides) con bisturí LÁSER DE CO2 es la técnica de elección en los procesos hemorroidales que no responden a otros tratamientos convencionales.

Hoy día el paciente puede beneficiarse de la tecnología del LÁSER DE CO2, técnica que permite disminuir hasta un 80% el dolor postoperatorio en relación a la cirugía tradicional. Se realiza con anestesia raquídea o sedación. Suele aparecer algo de dolor en los primeros cuatro o cinco días que se controla bien con analgésicos habituales (aunque el dolor es mucho menor por la utilización del LÁSER DE CO2).

Frente a las molestias que se suele sufrir en el postoperatorio con un bisturí eléctrico, que siempre acarrea días de hospitalización y varias semanas de baja, se encuentran las numerosas ventajas del LÁSER DE CO2. Entre ellas destacan la recuperación mucho más rápida para el paciente al ser menor el período de cicatrización y su rápida incorporación a su vida social, familiar y laboral.

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