En los últimos años, la difusión del láser en el campo de la medicina ha ido en progresión geométrica. Ello se explica sin duda por los beneficios que esta técnica ofrece a los pacientes.
La palabra LÁSER corresponde al acrónimo en inglés de las palabras que definen este tipo de radiación y que son Light Amplification by Stimulated Emission of Radiation, es decir, luz amplificada por la emisión estimulada de radiación. Los primeros láseres se fabricaron en 1959 y tuvieron diferentes aplicaciones en los campos de la industria, la medicina y la biología.
Centrándonos en la rama de la medicina, en la década de los 80 surgen tres tipos diferentes de láser con un valor más específico: el LÁSER DE CO2 (dióxido de carbono), el Nd-YAG (granate de itrio y aluminio) y el de colorante pulsado (Candela®). Cada láser tiene unos usos específicos y el color del haz de luz que se utiliza está relacionado directamente con el tipo de cirugía que se está llevando a cabo.
Desde finales de los 80 y comienzos de la década de los 90, las líneas de investigación en diversas aplicaciones del láser han tenido un fuerte crecimiento por sus importantes ventajas terapeúticas. Hoy día, podemos afirmar que el rayo láser constituye una de las herramientas más avanzadas en procedimientos quirúrgicos y terapéuticos, con notorios beneficios para los pacientes. En la UPL de Sevilla, utilizamos el LÁSER DE CO2 para el tratamiento de las hemorroides, de las fisuras, fístulas de ano y de los quistes y fístulas sacro-coxígeas.
Ventajas del láser de CO2
El LÁSER DE CO2 actúa muy selectivamente sobre la lesión, dañando de forma mínima los tejidos adyacentes. Asimismo, su utilización reduce el dolor sensiblemente y tiene una cicatrización más rápida.
Con esta técnica, no se profundiza más de un milímetro en la incisión, frente al medio centímetro de un bisturí eléctrico convencional, es decir, cinco veces menos. Además, permite abordar zonas de difícil acceso para la cirugía convencional. La zona del ano es especialmente sensible por lo que el alto grado de precisión del corte de este láser respeta los tejidos próximos al área afectada y disminuye la inflamación.
Otra ventaja de la utilización del LÁSER DE CO2 es que coagula al tiempo que corta, lo que facilita al paciente una pronta recuperación y menos dolor postoperatorio que si se utilizara el bisturí eléctrico. Las cicatrices son casi imperceptibles por lo que tras la intervención no quedan apenas marcas. Además, estamos ante un método que no posee apenas contraindicaciones. Todo el mundo puede operarse con este sistema, con un régimen ambulatorio que disminuye el tiempo de convalecencia y el absentismo laboral.
La Unidad de Proctología Láser de Sevilla, con un personal con más de 15 años de experiencia en la utilización de esta técnica quirúrgica, ofrece todas las ventajas del LÁSER DE CO2 para conseguir una solución rápida y menos dolorosa para unas enfermedades que merman cualitativamente la calidad de vida del paciente. De esta manera, podrán incorporarse antes a su vida familiar, social y laboral.